Las apariciones de la Virgen María: Doctrina e historia
(José Manuel Díez Quintanilla)
En este mes de mayo que comenzamos, mes dedicado a nuestra Madre del cielo, qué mejor forma de iniciarlo que con una lectura que nos ayude a conocer y amar más a la Virgen María.
Las “revelaciones privadas” descritas en este libro no pretenden completar la “Revelación Pública”, pero sí, tal y como nos dice el Catecismo de la Iglesia, pueden ayudarnos a vivir mas plenamente la fe, tal y como ha pretendido su autor.
Se han compilado en un solo libro las llamadas que nos ha hecho el Señor, aprobadas por la Iglesia, a través de las apariciones de María. Y para ello el autor ha descrito cada una de las apariciones, basándose en un esquema sencillo y organizado, todo ello con una finalidad: el discernimiento de cada lector sobre un fenómeno complejo, la presencia sensible de Nuestra Madre en el Cielo a unos videntes y la trasmisión de un mensaje de conversión y oración, destinado también a cada uno de nosotros.
Cada aparición consta de dos partes: primero el contenido de los mensajes, lugar de los hechos y la vida de los videntes, antes y después de recibirlos y segundo las circunstancias que llevaron a la Iglesia al otorgamiento del máximo reconocimiento de estas manifestaciones, aprobando Misa y Oficio Divino propios para conmemorar dicha aparición. Es muy interesante conocer de forma breve, según nos muestra el autor, el minucioso trabajo de Nuestra Santa Madre Iglesia para llevar a cabo dicho máximo reconocimiento.
Son nueve las apariciones de la Virgen aquí recogidas, y son una manifestación del amor de Nuestra Madre del Cielo y con ellas, la libertad de sus hijos para creer o no en ellas.
Gran esfuerzo el de nuestro autor para recoger en una sola obra estas nueve apariciones que a continuación citamos por orden cronológico:
- Virgen del Pilar: Zaragoza, España (año 40).
- Virgen de Guadalupe: Tepeyac, México (1531).
- Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa: Paris, Francia (1830).
- Nuestra Señora de la Salette: La Salette, Francia (1846).
- Nuestra Señora de Lourdes: Lourdes, Francia (1858).
- Madre de la Esperanza: Pontmain, Francia (1871).
- Nuestra Señora de Fátima: Fátima, Portugal (1917).
- Madre de Dios: Beauraing, Bélgica (1932).
- Virgen de los Pobres: Banneaux, Bélgica (1933).
El amor de nuestra Madre se hace patente en aquellos momentos de gran dificultad para la Fe, con un mensaje siempre esperanzador y de amor infinito.
¿Qué mejor regalo a nuestra Madre del cielo, que dedicar cada día de este mes de mayo al rezo diario del Rosario, así como al conocimiento de las apariciones sensibles de la Virgen María con máximo reconocimiento por la Iglesia?
Al finalizar el libro nos daremos cuenta que es Ella la que nos ha realizado el regalo, y lo que es mejor todavía, nos lo sigue haciendo cada día.
FELIZ MES DE MARIA.